Por una parte, el futuro perfecto es un tiempo verbal que combina el futuro y el pasado.“Mañana habré terminado lo que empecé”. Indica una acción que debe ocurrir antes que un punto en el futuro. También expresa probabilidad o suposición sobre situaciones del pasado. Incertidumbre. Uso esta ambigüedad temporal como estrategia para pensar los elefantes blancos, estos gigantescos paréntesis en la imaginación del desarrollo que han quedado atascados en el paisaje. Empecé a filmarlos en agosto de 2010 en Bogotá, Girardot, Villavicencio, Chía. Han debido ser balnearios, bibliotecas, hospitales, museos, escuelas. Y han quedado como documentos volumétricos del narcotráfico, la negligencia administrativa, la ruptura con políticas de orillas opuestas de alcaldes que terminaron sus periodos. Son densas y oscuras.
Por otra parte, esta obra es una suerte de conversación con Alfred Hitchcock, concretamente con su manera de elaborar lo abyecto desde la imagen movimiento, como algo que es capaz de atraer y repeler a la vez. Vértigo y su magnífico "trombone shot", esta extraña ecuación de acercarse y alejarse al mismo tiempo del objeto de deseo en una combinación de un zoom y un travelling hacia atrás. Lejos de Hollywood esta vez, este mítico movimiento de cámara revela las fallas de grabación, las suturas, la irregularidad del terreno. Una y otra vez. El arquetipo del suspenso en el cine al servicio de la resistencia al desarrollo. Puro terror.