Una pantalla de 20 cm de diámetro gira rápidamente mientras una serie de proyecciones quedan atrapadas en su esfera ilusoria, como un holograma, como un borrón acelerado. En un gesto nostálgico de la pre-cinematografía que evoca al taumatropo y otros juguetes ópticos, este espacio óptico que no es del todo real ni irreal, contiene las proyecciones de personajes de la televisión que corren sin avanzar: un power ranger, unos actores, un atleta, una periodista.